Hace poco se llevó a cabo la semana del arte, fecha en que la Ciudad de México se convirtió en el epicentro del arte del mundo, los eventos que destacan son tres: Zona Maco, Salón Acme y la feria Material. Estos tres se transforman en un centro importante donde las personas pueden apreciar algunas obras de artistas emergentes, pero también consolidados, por otra parte, funcionan como centro de networking entre artistas y personas relacionadas con el medio.
Desde inauguraciones, hasta fiestas y algunos conciertos, todas las personas se reúnen para celebrar el arte. Este artículo es una breve crónica sobre nuestra estancia en la Zona Maco y el Salón Acme, eventos a los que se nos permitió el acceso por ser representantes de un medio de Arte.
Zona Maco
La feria inició el día miércoles, en esta fecha solo se le permitió el acceso a medios comunicación y a personas con boleto VIP. Como era de esperarse, el número de asistentes en ese día fue limitado. Bastó con dar una pequeña vuelta al eje principal de la feria para darnos cuenta de que la muestra presentada en Zona Maco era bastante heterogénea, ya que era posible hallar obras de artistas como Joan Miró y Fernando Botero que pertenecían a Art of The World Gallery también destacaba un cuadro de Rufino Tamayo de la LS/Galería.
Después de recorrer el recinto y de encontrarnos con algunos amigos entre ellos Jesús Silva Herzog el cual saludamos con mucho gusto y amablemente nos presentó al fotógrafo y editor Humberto Tachiquín quien tuvo el agradable gesto de platicarnos sobre su nuevo libro Karrunde que relata la increíble historia de la familia del artista Guillermo Olguin y sus aportaciones al arte y la historia de Oaxaca. Una relato que sin duda nos dejó con la sensación de que el material sería un excelente guion para una docuserie en Netflix
Más tarde, tuvimos la grata sorpresa de encontrarnos con Santiago Pani, un artista joven con una personalidad bastante cool y alivianada, nos invitó a platicar un rato con él y su padre. Un par de segundos de conversación con él fueron suficientes para entender de donde provenía la personalidad alegre de su hijo.
Posteriormente, decidimos darle otra recorrida a la galería, y acercarnos a observar algunas de las galerías mexicanas para saber si era posible escribir un artículo sobre los artistas que estaban expuestos en su booth, lamentablemente su respuesta fue negativa y nos dio la sensación de que nuestra presencia no era bien recibida, algo extraño, ya que algunas galerías de otros países se mostraron bastante interesados en colaborar con nosotros. Lamentablemente, mi energía y la de mi acompañante ya no podían más, así que decidimos, terminar nuestro recorrido por ese día.
En el segundo día, era posible observar a más jóvenes recorrer las instalaciones, algunos vistiendo unos atuendos cool y ¿por qué no?, la vestimenta también es una expresión artística. Aquí fue posible presenciar a personas que solo asistieron a la feria solo por moda o para tomarse una foto y poder subirla a Instagram, me pareció claro que a muchos de los asistentes les importaba muy poco las obras de arte a su alrededor.
Aunque esto no sorprende, ya que esto no es un museo, es una feria, y las personas vienen a consumir, no a aprender, y eso me quedó más claro cuando observaba los booths de Moët & Chandon. Al final del día yo y mi acompañante decidimos retirarnos y prepararnos para el día siguiente.
Finalmente, llegó nuestra última noche y lo dedicamos a observar de manera más detallada las obras de arte que nos rodeaban. Durante el recorrido cuatro galerías llamaron nuestra atención: La primera fue la galería JD Malat que contaba con unos impresionantes cuadros del artista Turco Erdoğan Zümrütoğlu y del ghanés Kojo Marfo.
Por otra parte, también captó nuestra atención la obras que se exhibían en la galería Capsule Shanghai, de manera más especifica el trabajo de la artista Tao Siqi, cuyos cuadros consistían en figuras felinas y otras siluetas humanas, algunas en posiciones eróticas que hacían referencia al deseo, cabe destacar que este tipo de imágenes se encuentran prohibidas en China lo cual hace que su trabajo se convierta en un mensaje a favor de la liberalización sexual femenina en ese país.
Otro trabajo que captó nuestra atención fueron los cuadros de las sudafricanas Claire Johnson y Morné Visagie que se exhibían la galería Nuweland. Lo interesante es que estas artistas colocan pedazos de prendas sobre el lienzo y luego les agregan pintura, las siluetas resultante se vuelven la obra de arte. Es aquí donde nuestro recorrido terminó, no encontrábamos muy exhaustos pero muy felices de tener la oportunidad de observar todas esas bellas obras de arte.
Salon Acme
En esta ocasión llegamos tarde al Salón Acme, lo primero que destacaba era la fila que había para poder acceder al lugar, por lo mismo, observar con detalle las obras de arte exhibidas fue un poco complicado. Curado por Gaby Cepeda, en el evento era posible encontrar arte performativo llevado a cabo por la actriz Ariana Pellicer que se colocaba sobre una cama de bronceado, quizá el mensaje era sobre lo efimero de la vida pero también la obsesión de nuestra sociedad por la juventud. Otro dato que llamó mi atención es la crítica a la gentrificación que se encontraba en muchas de las obras de arte, interesante mensaje, para un lugar en el que la mayoría de los asistentes son las personas que menos están siendo afectadas por este fenómeno.
El tiempo había transcurrido muy rápido y poco a poco el lugar se empezaba a llenar de personas que asistían a la fiesta, era claro que las personas con un poco de alcohol en la sangre empezaran a incomodar a muchos de los encargados que se dedicaban a dar información a los visitantes sobre los las piezas exhibidas, pues muchos comenzaban a jugar con algunas de las obras de arte. Transcurrida la noche, la fiesta no se hizo esperar, la música comenzó a sonar y las personas empezaron a bailar, a la mitad de la fiesta se hizo un pequeño espacio para que la banda Avant-garde Octopoulpe tomara el escenario e incomodara a muchos de los asistentes, es claro que ese era su proposito, el mensaje de la banda era político y hacía referencia al conflicto en Ucrania. Finalmente y con un par de tragos encima nuestro grupo decidió partir.
