La historia del arte siempre ha estado ligada a lo espiritual, no es casualidad que existan teorías que indican que lugares como la cueva de Lascaux hayan funcionado como centros ceremoniales para nuestros antepasados. Quizá no sea arriesgado pensar que el arte nació para representar un reino plenamente espiritual.
No es una coincidencia que algunas de las obras más significativas de la historia de la humanidad procedan de inspiraciones religiosas, como la mitología cristiana, griega y romana. A medida que el tiempo ha transcurrido, los valores sociales se han secularizado. Poco a poco un mayor número de personas no se sienten identificadas con alguna religión tradicional.
Esta transición se puede ver representada en el arte contemporáneo, en donde el objeto del arte dejó de ser representaciones de mitos y fábulas cristianas. La pregunta que surge es la siguiente: ¿cuál es la función del arte en una sociedad secular? Tarkovski pensaba que el principal objetivo del arte sería brindar esperanza a la humanidad y no solo eso, sino que también tenía la tarea de reflejar los valores más importantes de ella: el amor y la vida.
En la búsqueda de una nueva narrativa que retorne a los motivos principales del arte. En una sociedad donde los valores cristianos se han agotado, ha surgido una nueva generación de artistas que retoman la importancia de la espiritualidad y el simbolismo pertenecientes al renacimiento.
Uno de estos artistas es la joven puertorriqueña Isabella Mellado que retoma el simbolismo renacentista y lo sustituye por el esoterismo, sus obras se encuentran llenas de mensajes ocultos y plagadas de elementos que ella intencionalmente coloca que hace alusión a lo esotérico, a lo mágico y hasta cierto punto a lo desconocido. Mellado es mucho más que es una artista; es una mística moderna que transforma lo ordinario en extraordinario, lo profano en sagrado. Su inspiración proviene de un reino espiritual en donde los valores humanos se convierten en el centro de atención.
¿Qué te ha parecido la vida en Chicago? ¿Cuáles son los lugares que más te encantan de estar? ¿O cuáles son los que más te gusta visitar?
Yo diría West town, esa área porque es más cool. Sí, es una área joven, bien queer, bien gay. Y yo que soy lesbiana, pues me identifico mucho con esa comunidad.
¿Nos puedes platicar qué percibes que está sucediendo en el mundo del arte en Chicago?
Siento que aquí el mundo del arte está muy conectado y con mucha inspiración. Muchas cosas están ocurriendo al mismo tiempo.
Yo soy egresada del SAIC (School of the Art Institute of Chicago). Muchas personas que conozco en el mundo de arte aquí en Chicago también están en una cierta relación con SAIC, lo que tiene sentido porque es una de las mejores escuelas de arte de la ciudad. Siento que hay muchos artistas que hacen cosas nuevas. Como Ale Campos, por ejemplo, que es latino y una artista performativa.
¿Qué referencias visuales utilizas en tu arte?
Me inspiro más por las pinturas específicamente. Ahora mismo, el arte renacentista y medieval se han convertido en una gran inspiración para mí.
De hecho, ahora mismo estoy trabajando en unas pinturas para un show aquí en Chicago, un solo show con la Galería Povos, la cual se inaugura el miércoles 10 de abril. A finales de este mes también habrá una feria de arte aquí en Chicago y muchas de las pinturas de este show están inspiradas por las pinturas de mártires del Renacimiento. Entonces hay esta tradición visual que estos artistas cargan para contar la misma historia bíblica. Así que el arte religioso, por supuesto, es una gran inspiración para mí.
Es interesante que menciones esto porque creo que, al igual que las pinturas religiosas, tus obras están llenas de muchos simbolismos.
Sí, yo crecí católica, aunque no me identifico como católica. Mi trabajo está relacionado con la biblia, porque trabajo con tarot y astrología y pienso en temas esotéricos. Me interesan las cosas esotéricas, tienen un trasfondo religioso. Pero bueno, es la técnica de los antiguos maestros la que me influyó y también la forma en que usaban simbolismo para contar una narrativa muy clara.
Porque estas pinturas eran para los maestros que eran ilustrados, así que la manera en que se hizo era para ser comprendida por personas que no podían leer, fue por medio de imágenes que las historias bíblicas se pudieron entender.Y creo que eso fue muy inteligente, el modo en que se diseñaron estas pinturas. Así que yo me aproximo a la pintura de la misma manera y me introduzco a un simbolismo muy específico.
En tu obra observo mucha feminidad. ¿Cómo concilias esto con considerarte una mujer queer y lesbiana?
A veces me siento empoderada en ciertos momentos. Recientemente, tuve un show en Miami con Young Arts durante la semana de arte y en ese show hay una pintura llamada La Emperatriz.
Cuando la hice estaba reflexionando en el género en particular, como la feminidad, yo me identifico como femenina. Cuando me mudé a Chicago, fue un poco difícil, esta es una pintura reciente, y todavía estoy procesando esto, pero tuve un tiempo muy difícil me sentí no empoderada cuando me pusieron en una caja específica como mujer, con las expectativas de cómo me presento con mi género y cómo me siento en las relaciones, incluso como lesbiana. Yo estaba saliendo con una persona que se identificaba más como masculina, y en esa dinámica pensarías:, bueno, tienes que vestirte de este modo, y tienes que llevarte de este modo.
Yo estoy jugando el rol masculino, y así tienes que caer en línea en el modo en que te comportas conmigo. Como abriendo puertas, pagando por cosas, todo eso, lo que yo pensé que era muy interesante, porque es como, ¿no somos dos mujeres? Nosotros dos nos identificamos como mujeres, pero porque tú te identificas como masculina, de repente tienes ese poder sobre mí y eso no tiene sentido.
Y eso es lo que estamos tratando de romper, realmente. Es muy importante. En lugar de hacer cualquier cosa, vivir tu vida de cualquier manera que quieras, puedes diseñarla de cualquier manera que quieras, y, aun así, estamos cayendo en los roles de género. Así que cuando me mudé a Chicago después de eso, pensé:, bueno, tal vez me identifico como no- binaria. No sé cuál es mi identidad de género, solo sé que no puedo sentirme cómodamente en mi feminidad ahora mismo porque me siento no empoderada.
Y después de un rato fue como ¿sabes qué?, no debería tener problemas con esto porque estoy completamente cómoda con mi género. Y eso no debería dejar de hacer sentir no empoderada, porque eso viene de adentro. Como expreso mi feminidad, puede ser complejo y en un espectro. Así que eso es lo que estaba procesando con esa pintura en particular y que se puede sentir como un poco desesperado.
Cuando observé tu pintura, sentí que estaba en un sueño. ¿Nos puedes explicar más sobre tu proceso creativo?
Es muy metódico. Mi pintura, como puedes ver, es muy detallada. Es más cercana al realismo, pero no tanto. No lo definiría como surrealista, sino más como realismo mágico.
Capturar ese espacio entre los personajes para lograr ese realismo, además, hago sesiones de fotográficas, hago mis propios accesorios y materiales y me hago una idea de qué símbolos quiero, qué objetos quiero, y qué personajes quiero que se vean con máscaras. Voy a reunir todo eso, voy a hacer las máscaras yo misma.
Después voy a un lugar y tomo una fotografía. Entonces, ese proceso es la primera parte de hacer una pintura y luego, basado en esa fotografía, voy a tomar imágenes diferentes que me gusten, y las hago un collage en Photoshop, y esa será la referencia que utilizo para hacer la pintura. Así que, antes de que la pintura sea hecha, tiene que ser diseñada de una manera muy meticulosa.
