Hugo Robledo – Pintura endémica al sitio

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Ruído diurno (2018) – Acrílico sobre lienzo de algodón

¿Qué se piensa cuando se piensa en arquitectura? La respuesta a esta pregunta usualmente consiste en la forma de los objetos arquitectónicos, las sensaciones que los edificios evocan en lxs usuarixs, o para muchxs arquitectxs, la representación arquitectónica. Sin embargo, a lo que al pintor Hugo Robledo más le interesa es el ejercicio mismo del pensar y observar arquitectura.

Hugo Robledo desde niño quiso ser arquitecto, pero al momento de tener que elegir una carrera optó por la pintura, abrumado por la inevitable burocracia del quehacer arquitectónico. Sin embargo, su interés por los espacios creados por el ser humano no solamente lo acompañó por toda su formación de pintor, sino que incluso se convirtió en su principal objeto de estudio. En sus palabras: “Me interesa el urbanismo en general y el significado de todo lo que implica lo arquitectónico”.

Fue el medio de la pintura el que le permitió la flexibilidad para representar paisajes construidos imposibles e imaginarios, así como para abstraer elementos y sensaciones de espacios icónicos de la arquitectura mexicana moderna. Es así que la obra de Hugo es tanto abstractamente figurativa como especulativa.

Sin embargo, la obra de Hugo Robledo no se limita al estudio de la arquitectura y los objetos a través de la forma y la geometría, sino también el impacto sociocultural e histórico de la arquitectura en el entorno, las personas y el territorio, a la vez que el “Cómo la arquitectura se inserta en la narrativa social”. Estos aspectos se dejan ver con mayor fuerza en su obra especulativa, la cual una vez fue descrita por una amistad de Hugo por medio de la frase “Tus cuadros son como munditos”, con la cuál Hugo no podría estar más de acuerdo. “El trabajo del arquitecto es imaginar todos los mundos posibles. Una casa es en sí es un sistema que en sí mismo ya es un mundo” y sin duda esta visión queda patente en sus obras más especulativas, ventanas a mundos imaginarios y alternos que no obedecen a los dogmas del mundo estático, sino que siguen sus propias reglas. “Cada uno tiene una lógica espacial propia. Hay ciertas constantes como la intención de dibujo muy técnico y que nunca hay personas”. Hugo en cada uno de sus espacios arquitectónicos imaginarios incurre orgullosamente en el tabú de no incluir una escala humana. Esto (que inicialmente surgió como un accidente) contribuye enormemente en convertir a esos espacios surreales en algo tangible y creíble, ya que cualquier presencia humana rompería con toda verosimilidad de que estos espacios imposibles y hermosos puedan existir.

Sistema Subyacente (2018) – Acrílico sobre Lienzo
Umbral Inminente (2019). Acrílico sobre lienzo de algodón
Oscilación en el Tiempo (2019). Acrílico sobre lienzo de algodón

Por otra parte, en la porción de su obra abstractamente figurativa (si cabe la dicotomía) Hugo busca abstraer elementos geométricos, espaciales y estructurales sobre obras arquitectónicas existentes, en los cuales busca destacar volúmenes, relaciones espaciales y detalles arquitectónicos.

Una tipología arquitectónica en la que Hugo Robledo está especialmente interesado es en los mercados mexicanos. A Hugo le interesa la colisión entre los mercados originales de la Ciudad de México, cuya datación es prehispánica, con las políticas de comercio del México moderno que llevaron a la construcción masiva de nuevos mercados con una arquitectura moderna, completamente desconectada de su uso y de sus usuarios. Además, la obra pictórica de Hugo Robledo sobre los mercados mexicanos es completamente diferente a la representación histórica de estos mercados. En esos cuadros, al igual que en toda su obra, Hugo destaca al espacio arquitectónico y omite completamente a los usuarios y comerciantes, abiertamente desafiante a los mercados de las pinturas folkclorizantes de Tamayo y Rivera.

Sanidad y Abundancia (2021). Acrílico sobre lienzo de lino

Al mostrarnos la estructura, la lógica estática de los mercados y sus elementos geométricos, Hugo Robledo desnuda por completo a los edificios que abstrae, difuminando la línea entre el arte, la crítica y el análisis arquitectónico.

Plataforma Sobre Acantilado (2019). Acrílico sobre lienzo de algodón
Canoas (2020). Acrílico sobre lienzo de algodón
El Santuario de las Formas (2019). Acrílico sobre lienzo de algodón

Su paleta consta en su mayoría de colores casi pasteles alternados con blancos y grises usualmente utilizados para representar elementos metálicos, al igual que verdes, azules y magentas reminiscentes a las paletas neón de los ochenta. Esta elección de colores viene fuertemente influenciada por la artificialidad de los colores en la estética digital, especialmente en los colores default de softwares de representación y modelado tridimensional como 3DS Max, los cuales Hugo aprendió a usar de manera autodidacta.

Torre de Agua sobre espejo (2021). Acrílico sobre lienzo
Extractor de Humos (2020). Acrílico sobre lienzo

El que Hugo Robledo pinte manualmente sus cuadros, principalmente con óleo y acrílico, es una afronta directa al digitalismo, ya que su obra está plagada de características y elementos usualmente representados por impresoras digitales. Robledo busca plasmar en sus cuadros texturas imposibles para cualquier impresora, al mismo tiempo que pinta bordes limpios y perfectos dignos de las herramientas digitales, altamente reminiscentes a los strips en los cuadros de Barnett Newman. Es en estos maskings dónde Hugo deja patente la influencia que los pintores del expresionismo abstracto dejaron en él.

Cobogó (2021). Acrílico sobre lienzo de lino

Conoce más sobre Hugo Robledo:

https://www.hugorobledo.com

Autor

  • Enrique Rodríguez

    Enrique Rodríguez estudió Arquitectura en el ITESM campus Querétaro y en el Politecnico di Torino. Con un posgrado en expresionismo abstracto posguerra otorgado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), Enrique es un apasionado por el arte, el diseño y la literatura. Actualmente es arquitecto en Tesla, inc. además de llevar su práctica privada de arquitectura y su taller de artes visuales y diseño.

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Enrique Rodríguez

Enrique Rodríguez estudió Arquitectura en el ITESM campus Querétaro y en el Politecnico di Torino. Con un posgrado en expresionismo abstracto posguerra otorgado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), Enrique es un apasionado por el arte, el diseño y la literatura. Actualmente es arquitecto en Tesla, inc. además de llevar su práctica privada de arquitectura y su taller de artes visuales y diseño.
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